En primera persona: un programador-manager que empezó a los 13
- Nombre y apellido: Stephano Württele
- Apodo: Steph
- Edad: 20
- Actual empleo: Project manager y Driver en Le Wagon Perú.
- Ídolo de la infancia: Mis padres.
- Un sueño: Que la programación sea más conocida en Latinoamérica, en Perú, y que más personas tengan la oportunidad de poder aprenderlo.
Desde pequeño me fui acercando a la programación y a la computación. Siempre tuve esa curiosidad, pero aquí en Perú era relativamente complicado encontrar cómo aprender más sobre temas relacionados, sea software o hardware. A mi insistencia, a los 13 años mis papás me mandan a cursos de lo que sea, empezando por modelado digital. Era el más chico, me llevan como siete años y me trataban como un hermanito menor. Al principio me decían que era para mayores de cierta edad, pero los terminé convenciendo.
Eventualmente dejé de ir porque mi madre no podía dejarme y llevarme tres veces por semana a las 18 y a las 22 hs, pero quedó más remarcado mi interés por temas similares, por lo que lo siguiente fue empezar clases de programación de videojuegos. Finalmente logré en el colegio hacer un videojuego de disparos entero por mi cuenta, usando muchas cosas y herramientas de todos lados pero igual fue un hito para mi yo de 14 años, aún sabiendo lo mucho que me faltaba por saber.
El inicio de mis estudios
Cuando terminé el colegio, estaba decidiéndome por ingeniero en sistemas o ciencias de la computación. Había estado yendo a buscar en el extranjero un lugar para estudiar y ahí no existía ingeniería en sistemas que era como lo estándar. Lo que encontraba era computer science o ingeniería de software. Entonces hablé con una persona que enseñaba en una universidad local, que también enseñaba computer science y me dieron una idea de cuál era la verdadera diferencia entre ciencias de la computación, ingeniería en sistemas, de software y otras carreras relacionadas a computación que existen. Al final terminé decidiendo por ciencias de la computación porque es más programar y también tiene su lado matemático que de alguna forma me interesaba. Me gustaba que no era solo programación sino también tenía una parte de lógica y algoritmia.
De la computación al bootcamp
Terminando mi segundo año de universidad quería aprender otras cosas que sabía que no me iban a enseñar en la carrera. Entonces empecé a buscar bootcamps porque vi que se aprendía súper rápido y me alcanzaba en un verano. Fue ahí cuando me topé con Le Wagon, que para ese momento estaba rankeado como el mejor del mundo. Me gustó que me lo presentaron como una experiencia: no era que me iban a educar y listo, sino que era toda una experiencia. Vi que estaba en un montón de países y eso me generó confianza. Había muchas reviews que eran muy buenas, así que hablé directamente con la persona que estaba a cargo en Londres y fui a hacerlo allá. Quería conocer, nunca había estado en Europa así que me fui en los tres meses de vacaciones de la universidad. Creo que fue aún mejor de lo que me esperaba. Conocí gente de India, de Francia, Alemania, Inglaterra misma, un español y de todos los rubros: una era profesora, otra economista, un escritor, un motociclista de esos con pelo largo. A diferencia de mí, todas estas personas empezaron sin saber nada de programación o muy poco de programación, pero todos terminando pudiendo hablar el mismo lenguaje programático que yo aún sin los dos años de carrera. Salí de ahí con muchos vínculos e hice más amistades cercanas en 9 semanas que en el resto de mi vida junta.
En la universidad te enseñan a programar lo suficiente para que después tú puedas programar por tu cuenta y eso en general se cumple. Pero de ahí no te dan más. Después van a temas más técnicos como sistemas operativos, redes y ves de todo un poco. A mí eso me ayudó para entender más fácil el bootcamp. Sin embargo, en Le Wagon en tres semanas aprendiste lo que te enseñan en dos semestres de la universidad. Porque estás todos los días programando y haciendo específicamente lo que necesitas saber. Terminando el bootcamp, con tan solo solo unas semanas, ya puedes hacer una plataforma entera por tu propia cuenta, empezar a hacer freelancing, o mostrar un portafolio a una empresa y que te consideren para trabajar ahí.
Más oportunidades para Perú
En Perú está creciendo mucho el tema de los bootcamps. Tenemos un estigma grande con todo lo que no sea una carrera universitaria, pero eso está empezando a cambiar. El gobierno, a través de Pro Innóvate, está promoviendo un programa de becas para bootcamps de programación. Se sabe que los bootcamps están teniendo buenos resultados y que motivan a la gente a aprender. Aquí lo que falta es el conocimiento técnico, pero hay mucho potencial creativo, mucho emprendimiento y eso es lo que se promueve con los bootcamps. Le Wagon participó en el programa del gobierno y, quedando en segundo puesto, están ofreciendo 29 becas para estudiar el bootcamp completo. Está genial promover la programación, y está aun mejor llevarlo a personas que no podrían pagarlo normalmente.
Cuando estaba en Londres, pensaba en la posibilidad de que Le Wagon viniera a Perú. A principios de año me hablaron Mathieu y Sebas, los co-fundadores aquí en Latinoamérica y me comentaron del plan de expansión de Le Wagon. Que estaba llegando a Chile, que ya estaba en Buenos Aires y en México. Así que hablaron con la gente de Londres y ellos les comentaron sobre mi perfil. Se pusieron en contacto y estoy feliz de estar ayudando en los cimientos de Le Wagon en mi país.
Me preguntan mucho cuán efectivo es y si vale la pena esta inversión por solo nueve semanas. Cuando me preguntan si hace falta una carrera universitaria les cuento con mi experiencia: yo mismo estudio una carrera, pero lo que he hecho en las últimas semanas del bootcamp no lo vi ni lo veré en la carrera, y es exactamente lo que necesitas para empezar a trabajar porque la parte práctica la aprendes ahí, y lo puedes demostrar no con un cartón de graduado pero con un portafolio de resultados.