En primera persona: el “arregla-todo” que quiere ser un nómade digital
- Nombre y apellido: Tomas Altilio
- Apodo: Tomi
- Edad: 32
- Actual empleo: Data Scientist en Rocking Data
- Un sueño: Viajar a la Antártida
- Ídolo de la infancia: El Pipi Romagnoli
Estudié administración de empresas y trabajé en una empresa de recursos humanos seis o siete años. Cerca de cumplir los 30 con mi novia decidimos irnos a Australia. Estuvimos dos años viviendo allá trabajando en el campo con ovejas, con vacas, en la construcción, hicimos de todo. Nada que no se haya escuchado antes de argentinos que fueron para allá. Hasta que tuvimos que volver en marzo de 2020 por la pandemia como repatriados.
El “arregla-todo” y la tecnología
No sé de dónde viene el gusto por la tecnología, pero soy de esas personas que cuando está en su casa arregla todo. Siempre que había un problema o algo no funcionaba me llamaban a mí. Ahí es cuando en tu entorno notás cierta facilidad y te engancha. En la pandemia al estar encerrados, con mucho tiempo extra y al tener facilidad con las computadoras, me empecé a meter con la programación. Quería acercarme de algún modo. Hice alguno approach a lo que es la programación web y no me pareció lo mío. Después vi que estaba la opción de Data Science, que además de programación, tiene mucho de lógica de negocio, de entender problemas de negocio y de matemática. Como que tenés que agarrar un problema y ser capaz de encuadrarlo de la forma correcta para poder darle una solución. Me pareció que era algo bastante integral y me atraía la propuesta.
Cuando me puse a buscar cursos me di cuenta que no había muchos y los formatos no me enganchaban. Hasta que vi el de Le Wagon, que eran 10 semanas, la currícula me pareció interesante por los temas que daba y, al final, decidí inscribirme. Mi objetivo más general, después de agarrarle el gusto a vivir en otro país, era ser un nómade digital.
Una preparación exigente
Antes de anotarme hablé con Nico [Kennedy, exmanager de Le Wagon Argentina] porque lo que tiene Data Science es que necesitás cierta base de conocimiento de matemática y mi duda pasaba por ahí. Lo último que había visto fue en la facultad y después no la volví a tocar. Yo me quería anotar en octubre, pero me dijo que tenía que saber un par de cosas y decidí posponerlo para estudiar todo eso. Y me anoté en el de enero.
Trabajé hasta el 2019 que quería empezar de cero. Estaba evaluando alternativas, en qué campo de tecnología meterme y recordé que en la universidad habíamos hecho cursos de programación, algo que me entusiasmaba, pero que por temas de trabajo lo había dejado de lado. Me tomé un año libre para considerar opciones y ver si me convenía hacer una maestría o un bootcamp que te permite ingresar al área de programación de manera acelerada.
Había conceptos que me faltaban repasar como derivadas, integrales o conceptos de estadística. Necesitás conocimientos básicos de programación. Después cuando empezaron las primeras clases dije: ah bueno, no pasaba nada si no estudiaba tanto. La inseguridad a veces te genera eso de irte al otro extremo. Pero te facilita las cosas el hacerlo. Estaba muy preparado.
El bootcamp es un proceso
Más allá de lo curricular, para mí era muy raro cursar online. Era solo trabajar y apagar la compu, estar matado y nada más. No conocer a tus compañeros, más allá del trabajo en sí, era raro.
Es todo un proceso, una experiencia. En el bootcamp, sea de lo que sea, sentís esa transformación. Siento que el momento en que lo hice yo fue bastante único. Obviamente dadas las circunstancias de que mi novia me bancó porque no es fácil hacerte un momento para dejar “en pausa” tu vida dos meses y medio.
Requiere mucha dedicación. No pasa solo por el programa sino por la dedicación que le pone uno. Creo que en mi grupo había muchos chicos comprometidos y eso te obligaba a subir la vara.
Además, lo que tiene es que las clases son muy densas porque tienen muchos conceptos. En una hora y media tenés un montón. A veces es un poco abrumador para sobrellevar, inclusive tiene cierta carga de frustración el hecho de no entender o que no te quede claro de movida. Ahí tratás de empatizar con tus compañeros y te das cuenta que están todos en la misma. La idea es que los ejercicios sean exigentes para después salir bueno. También otro apoyo que tenía, que ahora son mis amigos, son los Teacher Assistants, que habían cursado y se habían recibido de los mismo unos meses atrás.
Una nueva manera de seguir aprendiendo
Ahora soy Teacher Assistant y es divertido porque en algunos ejercicios me acuerdo dónde me trabé yo. Es como un volver aprender para explicarlo simple. Hay mucho de programar en vivo y eso también es muy desafiante porque compartís tu pantalla, empezás a teclear y si te confundís con una coma te sale error y lo ven todos.
Yo lo que hago es practicar las demostraciones antes, practico equivocarme a propósito para que me salga un error y traten de ver en qué me equivoqué. Es importante convivir con los errores porque nada te va a salir a la primera. Entonces te sale un error y no es ir a llorarle al profe, sino a ver qué me pide este error y resolverlo.
El primer trabajo en Data Science
Conseguí trabajo de Data Scientist tres o cuatro meses después de hacer el bootcamp. Es complicada la búsqueda, en el sentido que hay una diferencia entre lo que busca el mercado y lo que tenés para ofrecer vos siendo junior. Lo bueno es que con la formación que tenemos, nos podemos sentar en la mesa con gente que tiene 3 o 4 años de experiencia y estar en la misma conversación y manejarte con los mismos términos. En la búsqueda tenés que meterte mucho porque venís de otro palo y los chicos también. Antes de meterme no sabía ni qué empresas hacían Data Science. Eso también está bueno del bootcamp, que cuando estás llegando al final, en la career week vienen empresas a contar qué es lo que hacen. De hecho, así es como conocí a Rocking Data, la empresa donde trabajo hoy.